El 7 día de junio se celebra en Argentina el Día del Periodista. Una profesión que abracé hace más de cuarenta años y, coindiendo con Gabriel García Márquez, es el mejor oficio del mundo. Una de las consecuencias de la pandemia fue la reformulación de la forma de trabajar. Así surgió la incógnita sobre el punto final de las viejas redacciones, donde el humo y el café imperaban. El maestro Juan Antonio Giner afirma que el futuro serán las redacciones híbridas. Habrá que comprobar si ese presagio se cumple. Y como todo cambio genera una oportunidad, la Academia de Periodismo propuso 20 mandamientos de la profesión en la era de la transformación digital. Pero la profesión afronta dificultades. Al avance de los precios se le agrega, además, la incorporación de la tecnología, que en Guatemala se acaba de cobrar la vida de elPeriódico luego de 26 años de vida.
El periodismo es poder tener el privilegio de cambiar algo todos los días
El gran Jacobo Timerman solía decir que no tenía amigos, sino informantes. Vale el recuerdo para un prócer del periodismo gráfico, el mismo oficio que abracé hace 43 años, incursionando en medios profesionales como alternativos.
Tantos años rodeado de volantas, títulos, bajadas, tipografía, caracteres, diseños, tipómetros, diagramas, periodistas, notas, reportajes, crónicas, noticias, pirámide invertida, las 5 W… También con desilusiones, traiciones, tener que cuidar la espalda para que no venga la puñalada trapera. Se sabe que es un mundo muy competitivo y coincido con la postura de Timerman .
Hoy, para quienes la yugamos de muy abajo, resulta difícil vivir con sueldos que rozan la miserabilidad, con empresarios a los que les da lo mismo tener un diario que una fiambrería y que están dispuestos no a aumentar los salarios, sino que a bajarlos y quitarnos algunos beneficios que siempre, repito, siempre, tuvimos.
Uds. eran chicos, pero estos saludos (…) también los recibimos en su momento mientras algunas cosas cambiaron. Por suerte quedan los archivos para refrescar la memoria de unos y otros. Eso nos pasa a medida que vamos cumpliendo años: olvidamos ciertas cosas. Pero la memoria rígida de las computadoras se mantiene inalterable y no necesita medicamentos. Indagando en los archivos me encontré con un saludo por el Día del Periodista cuando Alberto Fernández era jefe de Gabinete del kirchnerismo y arreciaban las acusaciones de aprietes a quienes ejercemos la profesión. La publico para refrescar esas memorias aletargadas por el paso de los años y hoy se encuentran confundidas por los seudo discursos conciliadores.
Pero, ¿para qué sirve un periodista? Hay quien afirma que la principal tarea de los periodistas es molestar. Ser la piedra en el zapato, mirar por el ojo de la cerradura, buscar donde nadie busca, decir lo que los poderosos quieren silenciar, revolver la basura, seguir la pista del dinero.
Molestar es la tarea... y no está mal. Salvo, imagino, para el molestado. Algunos recordarán al ex primer ministro británico John Major, cuando le preguntaron: ¿cómo sería un mundo feliz? El tipo contestó sin dudar ni pestañear: "Un mundo sin periodistas". Miren las películas y las series, donde siempre somos los malos de la película y nos hacen lo que hoy llamamos bullying sin parar.
Los periodistas, varones y mujeres, tienen extrañas costumbres: nos metemos adonde no nos invitan, preguntamos lo que incomoda, miramos detalles por demás indiscretos, observamos lo que nadie quiere ver... Eso es el ABC, lo que hacemos o por lo menos, lo que deberíamos hacer.
El escritor G.K. Chesterton, que también fue periodista, fue muy duro con los que participaban de este oficio: "Los periodistas son un océano de conocimiento, pero de un centímetro de profundidad". Los periodistas deberíamo trabajar de espejo. Deberíamos ser el espejo plano que refleja sin deformaciones ni maquillaje a la sociedad en donde nos desenvolvemos.
Un periodista es la voz de las personas de su lugar de pertenencia, es el vehículo para que los demás se enteren.
Los periodistas no son el cuarto poder (yo no quiero ser poder de nada ni nadie). La mayoría somos anónimos que casi no tienen poder ni en su casa. Lo que pasa es que muchos periodistas vivimos cerca del poder, y eso nos hace desearlo (a algunos les encanta), pero no es lo mismo que tenerlo.
Algunos se disfrazan con trajes de periodistas y disimulan sus verdaderas tareas: intentar influenciar en sectores de la sociedad, ocultar, mentir, extorsionar, falsear, armar escenarios ficticios, maquillar a pedido de algunos, o por algunos dineros. La información no es un privilegio de los periodistas sino un derecho ciudadano. El periodista no debería juzgar, para eso hay magistrados. El periodista no debería defender asuntos de empresa. Para eso están las oficinas de prensa y propaganda.
Estamos en una época donde debe primar el respeto por la verdad, el rigor en la búsqueda de la información fidedigna y verificable siempre! Gracias a todos por acercarnos la realidad del momento a nuestros hogares, de disponerse a pasar muchas veces frío, malas condiciones laborales y falta de valoración, por cumplir con el noble oficio de informar. Una profesión como ésta se ejerce y debe valorarse todos los días, porque es un compromiso que va más allá de muchas cosas.
Pese a que nos quieren encorsetar "el periodismo es libre o es una farsa", según esgrimía Rodolfo Walsh.
Pese a los sinsabores y tacles arteros, es un momento duro para la profesión. No tuve grandes maestros, sino grandes charlas (Félix Laiño, Francisco Wasch y otros) que me llevaron a ser mejor (al menos eso creo).
Mucha lectura para convertirme en un autodidacta. Pero también en este día me hago un espacio para recordar a empresarios dispuestos a pagar sueldos de hambre y vaciar sus diarios, pero seguiremos ejerciendo la profesión que García Márquez denominó como la más "hermosa del mundo".
El periodista no debería juzgar, para eso hay magistrados. El periodista no debería defender asuntos de empresa. Para eso están las oficinas de prensa y propaganda.
Una encuesta integral sobre la situación socioeconómica de periodistas del Área Metropolitana de Buenos Aires, realizada por el Sindicato de Prensa de Buenos -SiPreBA- (que acaba de ganar su batalla en torno al reconocimiento gremial) sostiene que a pesar de que el 57% de les periodistas del AMBA tiene más de un empleo, eso no compensa la caída constante del poder adquisitivo y el deterioro de sus ingresos: el 45% tiene sueldos por debajo de la línea de pobreza.
Esos son algunos de los datos preocupantes tras la participación en la encuesta de más de 1000 trabajadoras y trabajadores de 140 medios de comunicación (privados, públicos y autogestivos) de prensa escrita, oral y televisada.
El relevamiento, que alcanzó medios nacionales como América, Clarín, Olé, La Nación, Telefé, Ámbito, Télam, Infobae, Radio Nacional, Página 12, Perfil, El Cronista y la Televisión Pública, se presenta, tal como en los últimos años, por el Día del Periodista. Y, a su vez, un día después de que la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo ratificó la personería gremial del SiPreBA. Un fallo que confirmó la decisión tomada por el Ministerio de Trabajo y que se difundió en una conferencia en la sede del sindicato. La dirigencia declaró que pedirá la reapertura de paritarias para abordar esta crítica realidad del sector.
Entre los datos destacados, y por el cual desde el SiPreBA se ha sostenido un plan de lucha con acciones en Clarín, Página/12 y Perfil entre otros medios, se encuentra el deterioro salarial. Ese 45% de los trabajadores de prensa con sueldos por debajo de la canasta básica total del INDEC, lo que determina la línea de pobreza, sube al 63% en el sector de prensa escrita y trepa hasta el 71% en la categoría testigo (redactor/a) de esa rama. En las radios, más de un 70% tiene ingreso inferiores a esa escala.
Además, del relevamiento sobresale: :
Sólo al 16% del total de quienes respondieron el sueldo de su principal empleo le alcanza para vivir.
El 57,6% tienen más de un empleo para que el sueldo le alcance. Lo que implica un crecimiento de 7,4 puntos respecto del 50,2% que marcó la encuesta 2022.
Entre “colaboradores” y “freelance”, alrededor del 93% factura por debajo de la canasta básica. Y el 76% afirmó tener otros trabajos por fuera del sector de prensa por la grave situación económica. (un salto del 22% respecto del año anterior).
De entre los trabajadores de medios autogestivos que respondieron, el 46,3% dice que está obligado a subsistir con otro trabajo, fuera de prensa. Al menos 11% de quienes pertenecen a estos medios sufrieron despidos en alguna empresa de prensa durante los últimos cinco años.
La presencia de mujeres y disidencias es de un 57,1% en radios. Entre los freelance, de un 52,9%. Mientras que en prensa televisada son un 30%. Es decir que escasea en las ramas con mejores condiciones laborales y aumenta entre aquellas donde hay mayor precariedad.
Entre los jóvenes que trabajan en medios en el AMBA, el 37,5% lo hace bajo condiciones precarias de contratación.
Sobre inteligencia artificial (IA), actualmente un 8,4% afirma que se está utilizando inteligencia artificial (como ChatGPT, Bard o Dall-E) en su lugar de trabajo para tareas periodísticas.