Tina Turner (1939-2023)
Simplemente, la mejor
"Tina Turner, la 'Reina del Rock'n Roll' descansa en paz. Falleció ayer a la edad de 83 años tras una larga enfermedad en su casa de Küsnacht, cerca de Zúrich, Suiza. Ese fue el somero comunicado de su representante, pero su vida mereció un poco más que unas líneas ya que su vida personal estuvo marcada por la oscuridad.
Su infancia en Nutbush (Tennesse, Estados Unidos) fue tan desgraciada que solía comerse tréboles de cuatro hojas para ver si su suerte cambiaba. Anna Mae Bullock (así se llamaba en realidad) creció entre la pobreza, aunque no le faltó comida; de niña recogía algodón y fresas y a los ocho años entró en el coro de la iglesia donde llamó la atención por su prodigiosa voz. Aquello le ayudó a evadirse del acoso escolar, de un hogar desestructurado, del abandono de sus padres y de la autoridad de una abuela que le prohibió salir con su primer novio del instituto.
Su madre veía en ella a una futura enfermera o profesora, pero su hija pequeña quería otros retos. Tras trabajar como auxiliar de enfermería, a los 17 años conoció en un local de Saint Louis a Ike Turner, que no tardó en contratarla como vocalista para su banda Kings of Rhythm. Le compró ropa, le arregló los dientes, le cambió el pelo y la bautizó como Tina Turner. En 1958, a los 18 años, se convirtió en madre de Craig tras una breve relación con Raymond Hill, saxofonista del grupo, cuyo primer gran éxito fue A Fool in Love en 1960, el mismo año en el que nacería su segundo hijo, Ronald.
Dos años después, Tina y Ike se casaron en Tijuana y la cantante adoptó a los dos vástagos de una relación anterior de su marido, Ike y Michael. Volvió a quedarse embarazada, pero abortó cuando se enteró que el cantante esperaba un bebé con otra mujer.
El dúo Ike y Tina fue tan conocido como el de Sonny & Cher, con el agravante de que Ike era adicto a la cocaína y tremendamente violento. Durante su matrimonio, Tina sufrió violencia de género. Las palizas que le daba le ocasionaron roturas de mandíbula, de labios, articulaciones dislocadas, ojos llenos de moratones, heridas en la cara tras lanzarle café hirviendo e incluso antes de salir a cantar en más de una ocasión tuvo que tragarse su propia sangre. Tina intentó suicidarse. El gran éxito de la pareja fue su versión de Proud Mary (1971).
Consciente de que su vida era un infierno abandonó como pudo a su marido. Tras el divorcio en 1978 encontró cierta paz interior en los cánticos budistas, estaba sin dinero, con deudas y sin un hogar.
Con una potente voz, heredera de la tradición negra ligada al gospel, el soul y el rhythm & blues; que sobre el escenario se potenciaba gracias al torbellino corporal que ponía en marcha en cada interpretación; esta artista sufrió las peores humillaciones domésticas que se puedan imaginar, pero logró sobreponerse e, incluso, opacar la figura de su otrora famoso marido.
Empezó de cero en unos cabarets de Las Vegas y gracias a la ayuda del productor y manager Roger Davis, su carrera en solitario despegó con Private Dancer en 1984 a los 45 años, especialmente con el tema What's Love Got to Do With It. La edad nunca fue un problema para Tina, que terminó por consolidarse como la tigresa del rock con las piernas más bellas de la historia. Fue en Europa donde la convirtieron en la estrella que es hoy en día, pero luego Estados Unidos supo valorarla. Su amor por el viejo continente hizo que renunciara a su ciudadanía americana para establecerse en una magnífica mansión en Suiza, donde vivió con su esposo Erwin Bach, un productor musical 12 años más joven a quien conoció por casualidad en un aeropuerto alemán en 1985.
Los álbumes Break Every Rule y Foreign Affair también figuran entre los más vendidos de su dilatada trayectoria que ha sido laureada con ocho Grammy. Poseedora de una fortuna de 250 millones de dólares, la actriz se retiró de la escena pública en 2009 tras el tour Tina! 50th Anniversary.
Monumental versión del tema de Creedence Clearwater Revival.
Desde entonces le encantaba descansar en su mansión con vistas al lago de Zúrich o en su propiedad de la Costa Azul, adoraba viajar alrededor del mundo, enloquecía cuando veía a sus dos nietos y colaboraba activamente en acciones solidarias contra el maltrato, ayudaba a la infancia y la investigación de diferentes enfermedades.
Se distinguía por su voz de contralto, su sonrisa atrevida y sus pómulos marcados. Tenía una variedad de pelucas y las piernas musculosas y rápidas que no dudaba en lucir. Vendió más de 150 millones de discos en todo el mundo, ganó 12 premios Grammy, fue elegida junto a Ike para el Salón de la Fama del Rock & Roll en 1991 (y en solitario en 2021) y fue homenajeada en el Centro Kennedy en 2005, con Beyoncé y Oprah Winfrey entre los que le rindieron un homenaje. Su vida se convirtió en la base de una película, de un musical de Broadway y un documental de HBO en 2021 que ella señaló era su despedida pública.
Hasta que abandonó a su marido y reveló su historia, era conocida como la voraz compañera de Ike en el escenario, protagonista del show "Ike and Tina Turner Revue". Ike era el primero en actuar y dirigía el espectáculo, eligiendo el material, los arreglos y los coristas. Hicieron giras constantes durante años, en parte porque Ike a menudo andaba escaso de dinero y no estaba dispuesto a perderse un concierto. Tina Turner se vio obligada a seguir adelante aún con bronquitis, con neumonía, con el pulmón derecho colapsado.
Pero su desgracia no terminó con Ike. En 2018 sufrió otro duro golpe cuando su primogénito, Craig, se quitó la vida a los 59 años.
En 2016, la cantante fue diagnosticada de un cáncer intestinal, también conocido como cáncer colorrectal, que consiste en el desarrollo de células cancerosas en el colon o en el recto. Además, al mismo tiempo sufrió un derrame cerebral que la alejó de los escenarios.
Cuando logró superar ambas patologías, sus riñones comenzaron a fallar, al punto de funcionar solo un 20 por ciento.
Fue entonces cuando su segundo marido, el ejecutivo musical alemán Erwin Bach de 66 años, tomó una decisión que le cambió la vida y le donó un riñón.
“Solo el trasplante me daría una buena oportunidad de tener una vida casi normal. Pero las posibilidades de obtener un riñón donado eran remotas”, recordó Tina Turner en su biografía.